Los Héroes 30 de Mayo tirotearon el vehículo de Trujillo en la autopista que va a San Cristóbal.
SANTO DOMINGO. Eduardo Díaz y Luis
Salvador Estrella, hijos de dos de los héroes nacionales que
ajusticiaron al dictador Rafael Leónidas Trujillo un 30 de mayo de 1961,
confiesan a DL que desde que asesinaron a sus padres por participar en
ese complot, han sufrido pesadillas en las que sueñan que son
perseguidos.
"Hasta hace un tiempo me daba como
una pesadilla y era como que gritaba, como que me sentía perdido, no
sabía dónde estaba y me despertaba nervioso. Eso se ha superado ya
bastante de un tiempo acá, pero la tuve por mucho tiempo", cuenta
Estrella.
Él tenía 14 años cuando asesinaron a
su progenitor, Luis Salvador Estrella Sadhalá. Díaz tenía 12 años cuando
mataron a su padre, Modesto Díaz Quezada. Ambos desconocían que sus
progenitores planeaban ajusticiar a Trujillo, pese a que sus madres y
allegados sí.
Díaz cuenta que consideraba a
Trujillo como "un dios", y que casi sufre un desmayo cuando se enteró
que su padre había sido asesinado el 18 de noviembre de 1961 como
consecuencia de ser uno de los complotados.
Dice
que escuchó los disparos que le segaron la vida. "Yo no sabía a quién
era que estaban matando, pero al otro día me di cuenta porque todos los
días aparecían en el periódico las fotos de las personas que estaban
prófugas, entonces si quitaban una fotografía de ahí quería decir que el
prófugo o estaba muerto o estaba preso... Cuando fui a buscar el
periódico, me lo quitaron de repente y ahí empecé a sospechar que mi
papá estaba muerto", recuerda.
La crianza de
Díaz y sus cinco hermanos, y la de Estrella y sus tres hermanos la
continuaron sus respectivas madres, a quienes definen como "padre y
madre". "Fue muy duro, muy duro", dice Estrella. "Fue traumático para mí
no tener un padre. Fue muy duro, porque crecer sin un padre, sobre todo
ya con las dimensiones de ese padre, y tus actuaciones en la vida deben
ser dignas de llevar el apellido de tu padre", comenta Díaz.
"Nosotros
no tuvimos una niñez normal como cualquier joven. ¿Por qué? Porque
nosotros, aparte de que nos criaron con una disciplina, también nuestras
madres continuaron esa disciplina e inculcándonos a nosotros que no nos
olvidáramos nunca de quién éramos hijos", dice Estrella.
Recuerdan
que sentían envidia de otros niños que podían jugar y andar sin presión
de que sus vidas corrían peligro. "Vivíamos con la ropa puesta", dice
Estrella.
Responden a quienes aseguran que los
complotados no perseguían poner fin a la tiranía, sino su lucro
personal, que en realidad ellos no tenían necesidades económicas pues
eran de clase media y media alta, y que eso los "engrandece más como
héroes". "Mi padre estaba en su mejor momento económico", afirma
Estrella.
Sin embargo, no guardan rencor al
hecho de que los hoy héroes, sabiendo que sus vidas estaban en juego, no
aseguraron el futuro económico de sus familias, viéndose sus madres
abrumadas por cómo organizarían los bienes dejados. "Expusieron a sus
familias en beneficio de dos millones de habitantes", asegura Estrella.
Dolor y sangre
Mientras
conversan con DL, Díaz y Estrella se interrumpen entre sí, cual
conversación de amigos, y empiezan a rememorar los hechos que una y otra
vez han recreado en sus mentes desde hace 50 años, y más aún como
miembros de la Fundación 30 de Mayo.
Resaltan
que los Díaz fueron quienes llevaron a Trujillo al poder, por la parte
del Sur, y los Estrella lo mantuvieron. "A mi mamá le dijo: óyeme,
nosotros ayudamos a este hombre a llevarlo al poder, nosotros ahora
tenemos que acabar con este tirano", dice Díaz en referencia a su padre.
Estrella
cuenta que lo apresaron dos veces con su madre Urania Mueses el día
cuatro de junio, cuando ella decidió entregarse a las autoridades. Los
llevaron a las oficinas del Servicio de Inteligencia Militar (SIM),
ubicadas detrás del Palacio Nacional. A él lo despacharon y a Urania la
llevaron a la cárcel de torturas. Asegura que ella no fue agredida
físicamente, pero sí sicológicamente, ya que escuchaba los gritos de
aquellos que eran sometidos al martirio, y veía en sus celdas, desnudos,
a los torturados.
Díaz recuerda que su madre,
Leda Montaño, fue a la morgue de la Fuerza Aérea Dominicana a ver el
cadáver de su esposo. Le iban enseñando varios cuerpos. Allí no lloró
hasta que llegó a su casa.
Estrella rememora
que la última vez que vio a su padre, sintió que se despedía de él.
"Recuerdo como ahora, cuando él me abrazó y yo sentí como cuando a uno
lo abraza alguien y no le pega la cara, y tú sientes como que está
emocionado porque apretó la mandíbula... Me apretó fuerte y cuando yo le
vi la cara, tenía los ojos aguados", dice.
Las
familias De la Maza, del conjurado Antonio de la Maza, y la de Díaz
fueron las que más sufrieron las consecuencias post ajusticiamiento, al
asesinar a gran parte de sus miembros, incluidos los sirvientes, como
represalia.
Valió la pena
"¿Que
si valió la pena? Claro que valió la pena porque hoy en día disfrutamos
de todos nuestros derechos gracias a esas personas. Tenemos libertad de
expresarte lo que nosotros queramos a ti como una persona que es
representante de los medios de comunicación y nuestros derechos, que
están establecidos en la Constitución, son respetados", afirma Díaz.
Ambos
dicen sentirse orgullosos y en paz, confiados en que la República
Dominicana seguirá bien en base al sacrificio de sus progenitores.
Recuerdan que a las 5:30 de la tarde de hoy se hará un acto
conmemorativo especial en el monumento a a los Héroes del 30 de Mayo.
Reiteran
su crítica a la hija de Trujillo, Angelita, quién asegura que su padre
no fue el tirano sangriento que recuerdan. "Esta señora, o damisela como
yo la llamo, es una persona que ha tratado de desviar la verdad
histórica y lo que ha hecho es una serie de difamaciones sobre familias
relacionadas con el 30 de Mayo que son una absoluta mentira y que
atentan contra la integridad, la moral de los Héroes del 30 Mayo y hasta
la de la población dominicana, porque ¿quién le va a creer a Angelita
que su padre cometió ciertos excesos? No, los excesos fueros permanentes
y constantes", dice Díaz.
Concluye con una
aseveración para quien sigue defendiendo a Trujillo: "Que se recuerde
que está hablando con libertad, cuando Trujillo no se hablaba con
libertad".
Sobre Modesto Díaz
Modesto
Díaz Quezada inició su conspiración invitado por su hermano Juan Tomás.
Sus casas se convirtieron en el centro de operaciones de los
conjurados. Modesto participó en todos los preparativos. Integró al
movimiento a su íntimo amigo Luis Amiama Tió, a Huáscar Tejeda y a
Roberto Pastoriza.
Luego del 30 de Mayo fue
capturado y encarcelado en el centro de tortura del 9. Pese a los
vejámenes recibidos, la historia resalta que no delató a nadie. Fue
asesinado en la Hacienda María el 18 de noviembre de 1961. Se presume
que su cadáver fue lanzado al mar.
estrella Sadhalá
Salvador Estrella Sadhalá fue invitado a la conjura por Antonio de la
Maza. Formaba parte de Movimiento 14 de Junio en Santiago y reclutó a
Antonio Imbert Barreras y al Teniente Amado García Guerrero. Fue desde
su casa donde partieron los héroes la noche del 30 de mayo. Luego de
confesarse en el Convento de los Dominicos, imposibilitado de encontrar
refugio, se entregó al SIM. Fue asesinado en la Hacienda María el 18 de
noviembre cuando sólo contaba con 42 años.
De MARIELA MEJÍA